Un cuento para el abuelo

 

The first sentence someone told me once I got here to the Philippines was “when you get to Manila you cry twice, once when you arrive and then when you leave”. Now I’ve been living here for almost 10 months I can assure that it’s true. This place amazed me since I came; the people, the vibe, the novelty, the cultural shock… I’m not sure yet what it was exactly, but I know I’m going to miss a lot this country now I’m leaving. The site where everything is small in supermarkets and huge in the street. The site where everyone smiles even if they’re sad. A place where many people have nothing but they are anyway willing to help you. This place taught me that everything can wait till tomorrow, and there’s no reason to get angry while waiting for it. The first place in this world where I learned that not everything works the way you want. Promise I’m gonna be back soon. Thank you Manila.

 

La primera frase que alguien me dijo una vez llegué a Filipinas fue “cuando te vienes a Manila siempre lloras dos veces; una cuando llegas y otra cuando te marchas”. Ahora que he vivido aquí por 10 meses puedo asegurar que es cierto. Este sitio me sorprendió desde el primer momento en que aterricé en él; la gente, el ambiente, la novedad… no estoy segura de qué fue exactamente, pero ahora que me marcho puedo decir que voy a echarte de menos Filipinas. El sitio donde todo es pequeño en los supermercados y enorme en las calles. El sitio donde todo el mundo sonríe incluso cuando está triste. Un lugar donde mucha gente no tiene nada y aún así están siempre dispuestos a ayudarte. Este lugar que me enseñó que todo puede esperar hasta mañana, y que no hay motivos para enfadarse mientras tanto. El primer sitio en el mundo donde he podido darme cuenta de que no todo funciona como uno quiere, y tarde o temprano tendrás que aceptarlo. Proimeto volver pronto. Gracias Manila.

Laura Sáez-Díez Rebanal

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