La Pegatina

Mi amigo Manolo visitó en la Expo de Sevilla el pabellón de Panamá y recogió una preciosa pegatina, de esas que los niños llaman mágicas, que representaba un vistoso tucán.

Se guardó la pegatina en la cartera y pensó que como tenía la intención de comprar un coche nuevo la pondría junto a la matrícula. Cada vez que sacaba la cartera para pagar algo veía la pegatina y disfrutaba pensando lo bien que quedaría en su flamante coche.
Terminado su viaje, regresó a casa y guardó la pegatina en un cajón para cuando cambiara el vehículo, pero antes de comprarlo quiso vender el que tenía y entre unas cosas y otras pasaron varios meses.Por fin estrenó su coche nuevo y recordó la pegatina, pero en el cajón que la había guardado había muchos papeles que antes no estaban o tal vez la habría guardado en otro cajón diferente. Ya no se acordaba con exactitud y pasó varios días rompiendo papales y buscando la pegatina por toda la casa, pero no consiguió encontrarla.
Estrenó el coche sin poder pegar la pegatina del tucán y un buen día, buscando otras cosas, apareció ante sus ojos con su plumaje negro con aplicaciones de vivos colores, anaranjado, verde y escarlata en el cuello y en el pecho y se alegró mucho porque creía que la había perdido, así que rápidamente se dispuso a bajar al garaje. Salió de su casa y esperó el ascensor para bajar. Sacó la pegatina de la cartera para llevarla en la mano y, de repente, el atractivo tucán voló de su mano y se escurrió entre el hueco del ascensor. Subió otra vez hasta su casa y fue bajando por las escaleras por si el tucán se había salido y estaba en el descansillo de cualquiera de los pisos, pero todo fue inútil.Esperó a la portera en el portal y cuando apareció le contó lo que le había pasado con la pegatina, para que cuando vinieran los del mantenimiento de los ascensores tuvieran cuidado y revisaran el foso, pues sin duda se hallaría allí abajo el tucán.Pasados unos días, al entrar en casa, le dijo la portera que los de los ascensores habían encontrado lo que había perdido y le extendió una pegatina llena de grasa en la que difícilmente se apreciaba la figura de un triste tucán. 

Publicado en “Nubes de papel”, libro recopilatorio del I certamen nacional de relatos ultra cortos, “Ex Libris”, Instituto para el Fomento de la Cultura.

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