Samuel

Le conocí ya mayor, pero aún mostraba la fortaleza de su complexión. Sonriente y tranquilo, nadie hubiera imaginado que, años atrás, cuando se consideraba despreciado o simplemente desatendido, se trasformaba en un huracán que lo arrollaba todo. Honrado y trabajador a carta cabal, risueño y amigo de la chanza, haría difícil suponer su repentino cambio de actitud ante una inesperada agresión.

Me contaron una visita suya a Hacienda para recabar información sobre sus impuestos.

Estaba el primero en una cola de varias personas y mientras las otras ventanillas atendidas por mujeres permanecían abiertas y atendiendo al público la suya seguía cerrada, a pesar de adivinarse al otro lado a un funcionario de bigote estrecho y gesto displicente leyendo un periódico. Samuel miró a ambos lados, bajó la cabeza y entornó los ojos, cerró los férreos puños y atravesó el leve cristal alcanzando en plena cara al funcionario que, aterrorizado y sangrando por la nariz era zaherido a coro por sus compañeras que aplaudían el que alguien, por fin, le hubiera dado una lección, mientras el guarda de seguridad esposaba a Samuel para calmarlo y le acompañaba hasta la puerta de la calle dejándole que se fuera porque el funcionario agredido se había negado a presentar denuncia o reclamación alguna.

En otra ocasión, en un Centro de Salud, un médico le extendió una receta y aunque él le advirtió que no era esa la medicación que venía tomando y ante la postura intransigente del doctor, se dirigió a la farmacia y cuando allí le confirmaron que no era esa la medicina que él tomaba, volvió como una flecha a la consulta y aunque se le advirtió que estaba ocupado le replicó a la enfermera que si no salía entraría él a sacarlo y temblarían hasta los cimientos. Como a pesar de sus bravatas no acababa de salir, abrió la puerta de un empujón y pegó tal puñetazo sobre la mesa que las recetas volaron por los aires mientras asustado y pálido el médico en cuestión extendía con letra aun más ilegible la prescripción correcta que desde el principio se le había sugerido.

Arriba